lunes, 14 de diciembre de 2009

TÉCNICA

He estado visitando la casa de una amiga que, aprovechando el abaratamiento de algunas viviendas, se ha comprado un adosado coqueto y justo para los tres de familia que son. Precioso. Luego, me ha estado haciendo una demostración de lo que es hoy la domótica porque al dar una palmada, se le enciende la luz que necesita en cada lugar de la casa. Las persianas suben y bajan con solo pulsar un botoncito o con un mando a distancia y las puede detener a la altura que desee. Le habla al frigorífico y le da órdenes como si se hubieran conocido toda la vida y al horno le pide que le avise cada poco con una especie de trompetilla cuartelera para que salga todo en su punto y doradito y el horno, cumple. Hasta se ha comprado una olla a juego con todo eso que si le enseña una receta, se la tiene preparada para comer a la hora que le diga. Pura brujería que diría mi santa abuela. Ya solo faltaría que la olla también fuese al mercado a comprar y pensara cada menú con cálculo de calorías y todo.
Luego, pasa lo que pasa, que con tanto tecnicismo tenemos hasta pesadillas. Como ya he dicho alguna vez , soy muy rara soñando y ya he repetido un par de veces la angustia que me toca pasar cuando he tenido que recoger, sabe Dios de dónde, porque nunca se me queda claro, los talentos famosos que parece ser que todos hemos de tener en esta nuestra vida terrenal. Llamo por teléfono y una voz metálica me dice autoritaria: -"Si es mujer, pulse 1; si es hombre, pulse 2 y si es híbrido (¿?) pulse 3...
Una vez aclarado que soy del grupo 1, la voz me vuelve a decir: -" Para pedir salud, pulse 1; para pedir un préstamo, pulse 2 ; para pedir acertar en la lotería...línea inhabilitada"
Me preocupo...¿qué pasa si ya no hay oportunidad para pedir los famosos talentos ? ¿Con qué vamos a negociar para que nuestro juicio final nos sea provechoso? Está claro que hay que aprovechar bien los que tenemos porque ni los avances técnicos nos van a valer para lograr lo que queremos si no espabilamos.

¡¡Felices Fiestas Navideñas!!...¿Os dais cuenta de lo rápido que se va el tiempo? Y como me encuentro hoy moralista convencida...¡Negociad bien los Talentos y no los enterréis!

domingo, 22 de noviembre de 2009

ALEGRÍA

Amigos míos:
Hace tiempo que no vengo por aquí...Ya se sabe: Viajo, escribo, hago teatro como una aficionada más, me lo paso bien y además, cuando puedo permitírmelo, hago la vaga.

Ya hace mucho, escribi una entrada titulada "Tristeza" que tuvo muchos comentarios, unos cerca de mi forma de pensar y otros totalmente opuestos. Uno y otros fueron bien venidos y quedó claro que no pensamos todos igual. Si quereis recordar, es del dia 1 de enero de 2008 y a propósito de una chiquita de unos 18 años que quería abortar estando de cinco meses, pero su amigo y padre de la criatura que esperaba, no quiso pagar "la operación".
Llamé a ese escrito "tristeza" porque aquella escena me llenó de pena. Hoy, sin embargo, me he llenado de alegría, porque en un mercadillo medieval magnífico que se celebra en la plaza de toros de Valencia, he descubierto en una de las mesas de degustación colocadas a tal menester, a una joven madre que se reía con la avaricia de su pequeño, que se empeñaba en meterse en la boca un un gran trozo de queso. La he reconocido enseguida. Sin dejar de reirse, le ha gritado al padre de la criatura (precioso el niño, sobre el año y pico, gordo y rubiales) que estaba colocado en una de las colas de abastecimiento que suele formarse en estos casos y más si es gratis: "Miguel, que éste quiere comer más..."

Le hubiera preguntado: -¿Es éste tu pequeño al que quisiste abortar?

Pero no. No soy nada cruel. Solo le he dicho: -Vaya tragón ¿eh? Así está él...
-No lo sabe por cierto...Se come lo que le dés. Y lo ha dicho muy ufana.

¡Ay, Señor!... Solo sé que es un milagro que esa preciosidad de bebé esté comiendo en esta vida con unos padres que estoy segura que lo quieren y no dejarían que ahora le pasara nada... Luego, como Valencia tiene mucho de pueblo, sé que los dos progenitores trabajan en limpieza pública en el Ayuntamiento en distintos turnos...Trabajó bien el Angel de la Guarda.

Me he llevado una alegría tremenda...Mucha, mucha.

domingo, 4 de octubre de 2009

BUENAS ACCIONES

Me río con las cosas de mi marido porque sus buenas acciones diarias son muy curiosas, por ejemplo, tira algo que no ha usado en un par de años, y al liberar los cajones o dejar algo más claro el armario ropero, siempre dice:
-¡Qué bien!... He hecho mi buena acción de hoy. Hay algo menos que estorbe en casa.
Como puede suponerse, ahí no queda la cosa, porque la ropa, no se tira. Se lleva donde la reciclan o la venden o la regalan siempre con fines benéficos. Y buena acción es para nosotros mismos, porque...¿a que nunca se encuentra un rato -casi siempre por pereza- para dejar los cajones libres de cosas inservibles?

¿Alguien se ha preguntado la utilidad que tienen las revistas que a veces se nos almacenan sobre la mesa? Prueba a llevarlas a una residencia humilde de ancianos y verás con qué ansia se las disputan para cojerlas los primeros aunque estén algo anticuadas. A unos les va hacer crucigramas, sopas de letras, sudokus etc... A otros, les chifla el horóscopo y enterarse, además, que se ha enamorado una princesa china de un torero español y que la diva de turno, ya tiene el lunar de la comisura de su preciosa boca en la ceja de tanto estirarse la piel.
También en esas mismas residencias, se es bien recibido al que va a escuchar al pobre señor solitario con ganas de hablar y contar sus batallitas o a la anciana que no para de contar los muchos pretendientes que tuvo cuando era joven y guapa. O se echa una partidita de bingo con algún grupo por el mero placer de hacer algo distinto. Pasar el rato y hacer que esas cabezas no estén en un mutis sempiterno.
Esto vale igual para el que es creyente como para el que no lo es, pero como yo pertenezco a los primeros y sé que Dios no tiene el mismo rasero que usamos los terrenales, estoy segura de que lo apunta todo y como decía a punto de morir, el viejo profesor Tierno Galván, sería bueno, "si Él existe, que tuviera en cuenta todo lo que se hizo por los demás". Además, la satisfacción ya es un premio grande.

domingo, 20 de septiembre de 2009

OGROS


En el blog "La maldición de Capistrano", hablaba desde esa su cueva, mi admirado señor De la Vega sobre el cuento de la Caperucita entre otros y decía poco más o menos, lo que cambian las versiones. A veces esos cuentos no tenían nada de infantiles y sus autores no tenían empacho en relatar las maldades de sus protagonistas y de todos aquellos que los rodeaban. El servir en bandeja los despojos del ladino lobo a nuestra inocente y desobediente niña, o la alusión a la abuelita destripada por tan maligno animal, o cómo en otra historia, la bella Rapuncel no era más que una lasciva de mucho cuidado a la que hubo que encerrar en la torre como purga por sus casquivanas veleidades, nos da idea de que no somos ahora mucho más malos en nuestra inventiva que aquellos retorcidos y famosos recopiladores y autores de cuentos"infantiles".

Luego pasa, lo que pasa y es que ni de lejos podemos ver a una madrastra porque de antemano ya sabemos que es una malvada mujerzuela capaz de hacer embutido con sus desgraciados hijastros por poner un ejemplo. Personajes maltratados.

Mi nieta -de cinco años- nos llegó diciendo que la tía de su mejor amiguita, tenía un novio que era ...¡un ogro!
-¿Cómo es eso, hija? -quisimos saber.
-Es muy grande, "abueli" y tiene un solo ojo enorme blanco y una boca grande, grande, también...Seguro que es malo.
¡Ya estamos con los poderes maléficos de la propaganda "cuentil"...!



Como puede suponerse, mi curiosidad se disparó. Conozco muy bien a las protagonistas de la historia, lo mismo a la amiga de mi nieta y también a la tía, una encantadora señorita, algo marcada porque debe andar por los cuarenta y tantos, soltera hasta lo que yo sabía y que solía dejar a sus sobrinitos en el colegio aprovechando la cercanía a su trabajo y a su horario. Muy sociable y simpática...¿Un ogro? ¡Santo cielo! Encima de tener el arroz algo pasado, va y se conquista a un ogro...¡Pobrecita!

Esperé la hora de recogida de niños algo impaciente, lo confieso. Llegué pronto pero mereció la pena. Ella llegó acompañada de su ogro particular. A golpe de vista, tamaño de ogro, total. Un ogro encorbatado e impoluto que miraba embobado a su acompañante, con sonrisa justa de medio bies. Se veía flechado por la ilusión y correspondí desde lejos al saludo amable de la chica sin dejar de observar -con disimulo, eso sí- a su acompañante. Luego, se acercaron...y me lo presentó y menos mal que sin la presencia de mi nieta porque obviamente, la criatura, no lo vería como yo. El hombre, de casi dos metros...era tuerto, pero hasta el parche del ojo, le daba un aire...Bueno, muy bien. Sobresaliente alto. No llegaría a matrícula de honor por culpa de ese ojo ausente, pero casi. Algo así como una mezcla de Jhon Wayne en su mejor época y de Hugh Jackman en la actual...

¿Qué le digo a mi nieta? -Mira, nena, un señor tuerto, no tiene que ser un ogro forzosamente y la boca de este señor, no es grande, hija. Es una boca justa, sonriente y felíz de dentadura natural impoluta o que no baja de los treinta mil euros, que también es buena señal...

Mejor parche, interesante, incitador a la curiosidad, para saber qué escondida e interesante historia se esconde detrás, que un ojo de cristal, inerte y siempre padeciendo de admiración y sorpresa bobalicona y eterna (el ojo falso, claro.)

Ya me enteraré de cómo se han conocido...(¡Vivo sin vivir en mí!) Y me alegro por la tía de la amiguita de mi nieta y en cuanto tenga ocasión y sin su Adonis tuerto delante, la felicitaré sincera y efusivamente en su alegría que se le sale por los poros y con razón. Seguro que me cuenta...

Voy a inventarme alguna historia sobre ogros que cautive a mis nietos a ver si de una vez por todas aplasto el maleficio sobre estos personajes. No hay derecho a maltratar a estos seres y sus derivados...

viernes, 11 de septiembre de 2009

ADIOS, CARONTE




Caronte, el caballo frisón, el del porte señorial e imponente, se ha muerto. Tengo clavadas las palabras de mi hija, su dueña, tan dentro que aún no he podido reaccionar.

" Yo llevé a mi caballo al hospital con mucha esperanza y solo me han devuelto una trenza de su preciosa crín que le hice ayer y que aún olía a su gel, la cabezada y las espuelas..."

La avisaron para que acudiera con prisa a la cuadra, porque se había hinchado mucho y no había querido comer. Cuando llegó, el pobre le acercó su cabezota y la descansó en su pecho buscando el amparo y la caricia de quien tanto lo quería y aún tuvo fuerzas para rozar con su belfo temblón la mejilla del ama en un beso de despedida. Allí estaba con una gota de lágrima ambarina en sus enormes ojos de azabache y se dejó llevar sumiso, como lo era con ella, hasta la caravana que lo había de conducir hacia dónde se suponía iban a encontrarle remedio, pero no llegó vivo y se perdieron en nada las dos horas de ansia y de viaje. Un cólico fulminante.

Era un bebé: solo seis años de nada y tres en poder de mi hija. ¡Con lo felíz que se sentía con él, que todos sus males se le pasaban! Desde que tenía cinco años, todo era pedir un caballo "aunque fuera pequeñito"...Y ¿quién le razonaba a una niña del lujo que suponía y más para alguien sin lugar fijo dónde vivir? Primero fue un caballo grande de cartón y después una hucha, siempre improductiva y estéril, que nunca lograría el fín para el que nació y cuando al final lo logra...solo por tres años.

Hace quince días estuvieron en un espectáculo donde se lucieron con su fantástica doma los dos y en otro momento de la misma exhibición, en un número a oscuras, los espectadores solo podían ver los artísticos movimientos de Caronte por las luces colocadas en sus patas y su crin. A mi hija, la felicidad por los aplausos, se le salía por la piel aunque ella no se viera hasta el final cuando las luces se dieron. Todo ello hecho de forma altruista.

Hay cosas peores, le decimos y se dice a sí misma buscando el consuelo. El llanto y el sufrimiento humano, la amargura de un niño, una desgracia familiar, eso es lo más terrible, pero Caronte vino a taponar otra amargura en ella, terrible también y fue una terapia y un bálsamo eficaz para su curación. Por eso todo lo queríamos aunque los que no conocen a los animales no lo entenderán nunca.

Yo he querido ofrecer esta elegía en prosa a nuestro gran amigo. Al peluche gigantón como de terciopelo negro que tenía un corazón dócil de algodón y melaza. Al único besucón de su especie que parecía entender y que ya estará por los infinitos prados de algún cielo maravilloso, llenos de amapolas y margaritas silvestres por las que tanto le gustaba galopar y seguro, que enviando un soplo reparador para la pena de su ama que tanto lo necesita... Ella y todos nosotros los que sabemos de su dolor.



martes, 8 de septiembre de 2009

DE VUELTA



No se me han acabado las vacaciones, no. Las mías, desde la jubilación, son eternas y solo trabjo en aquello en lo que he de implicarme a gusto porque eso de estar ocioso, no me va, pero es una gozada no estar pendiente de horarios, de organizaciones estrictas, de responsabilidades más o menos peliagudas y de rendir cuentas a alguien que siempre,o casi sempre, va encontrar un "pero" en la perfección porque de lo contrario no sería el jefe.

Lo peor es que la jubilación, viene marcada por el paso indefectible del tiempo. Aparece alguna que otra "gotera" y al subir las cuestas, llegas casi de las últimas...Vaya...¡sorpresa! Pero si estoy muy bien ¿a qué se debe eso? ¡Je, je...! No sé si me ha parecido oír una risilla maliciosa.

Pues a los más jóvenes os digo, que deseo de corazón que tengáis un buen trabajo,duradero y fuera de crisis, es decir bien remunerado y ¡cómo no!, que lleguéis a estas otras vacaciones desde donde se nota pasar el tiempo con la placidez con que se notan las caricias.





Y para los más curiosos o sensibles que me siguieron en la última entrada, os diré que el jilguero descolorido y descarado que tuvimos dieciocho días en casa...Se fue. Voló glorioso por su cuenta el muy ingrato y ni un pio de agradecimiento después de darle de comer en nuestra mano. Un descuido mío por abrir las ventanas de mi cuarto de par en par sin acordarme de la naturaleza de mi invitado, confiada en exceso en que su agradecimiento pajaruno sería más fuerte que sus ganas de volar alto y lejos...¡Yo que soñaba para él un entorno verde y florido por los cauces del Turia! Y es que, no es por disculparlo, pero pienso que tenía complejo con eso de ser mitad jilguero y mitad gorrión. No cantaba como aquellos y, encima, sacó la picardía absoluta de su otra mitad como pájaro vulgar. Eso le salva para disculparlo -solo un poco- y que siga en mi recuerdo, porque de lo contrario...¡qué corcho! ¿Pues no que me estoy emocionando por un pequeño pajarico?

sábado, 4 de julio de 2009

SUPERVIVENCIA



Por estas fechas siempre aparece algún pajarillo caído del nido en la terraza de mi casa de la playa.

Empieza entonces la aventura de toda mi familia para ver qué se hace con el pobre, en las condiciones que está, las posibilidades que tiene de sobrevivir, si puede volar pronto, si se ha roto algo, pero sobre todo, quitarlo cuanto antes de donde haya caído porque puede que Nerón, el gato gordo que se hospeda en mi casa los veranos sin ningún permiso, se lo zampe en cuanto lo vea. No sería la primera vez que se traga al indefenso que se cayó del árbol o se atrevió con la prueba de intentar un vuelo tempranero sin la ayuda de sus papás. Sé que es la cadena de la supervivencia, pero en cuanto veo plumas en el suelo de la terraza, odio a Nerón.

No tenemos mucho éxito en esto de los pajarillos culones porque rara vez sobreviven aunque los cuidemos con esmero y mi hija, la bióloga que ya conocéis, se empeñe hasta en pasar la noche en duerme-vela cerca de la cajita de zapatos agujereada donde alojamos a los chiquitines; allí a su lado por si hubiera que acomodarlo en el improvisado nido de algodón y gasas que les fabricamos. En cuanto se descuida en la vigilia, levanta la tapa de la caja y allí está el inquilino tieso y seco como un pergamino.

Pero este año, la cosa va teniendo otro cariz. Todo depende en las ganas de vivir que se tenga, está claro y es el caso, que el pájaro de turno que nos ha caído, ante el consiguiente disgusto por si la historia era la conocida, ha resultado de un descaro prodigioso y dice que se muera otro en su lugar.

Primero, no es un gorrión corriente. Parece un jilguero porque las pocas plumas que tiene por las alitas, son algo coloreadas. Cuando lo cogió mi hijo, detrás de una maceta grande que hubo que mover, abrió el pico y chilló amenazante como si se fuera a tragar la mano y después de unas horas de timidez pajaruna, puesto de patas en mi dedo, nos miró a los concurrentes como desafiando a ver quien era más insolente.

-¡Qué pena que mañana esté muerto con lo bonico que es…!- dije con pena…

¿Muerto? Esta vez fui yo la que me llevé la sorpresa al abrir la caja, al ver cómo el pequeñajo se quedaba observándome a ver qué iba a hacerle.

De momento, le encanta picotear las sopas de pan en mi mano y me he atrevido ayer por la noche a ponerle unas pocas de ellas remojadas con una chispa de vino dulce….¿Por qué? No lo sé. Lo hacía mi abuela con las caverneras (jilgueros) para que les diera vigor. Será un disparate y tendré que comprarle una comida convencional si se empeña en seguir viviendo.

Toca pensar. Dejarlo enjaulado, ni hablar. Puede que en cuanto su agilidad volandera sea firme y deje comer en nuestras manos, lo llevemos al parque del río muy lejos de Nerón, desde luego, y allí lo lancemos al árbol más frondoso a disfrutar con la suerte de su supervivencia aunque se quede sin ver los anuncios de la tele que le encantan…Sé que lo vamos a sentir…

domingo, 28 de junio de 2009

PAREJAS




Mi amiga anda ya bien entrada en años de edad y en matrimonio. Casi cuarenta de buen casamiento. Me sorprendió el otro día explicándome que su "pareja" y ella tenían decidido hacer un viaje a la islas griegas. Pregunté, porque paso tiempo sin saber nada de ella (y hoy nunca se sabe):
-Oye.. ¿qué es eso de mi "pareja"? ¿Con quién te vas de viaje?
-¡Qué bobada! ¡Pues con mi marido! ¿Con quién iba a ir?
-Ah...

No me gusta la palabra PAREJA referida a la unión de personas. Me suena a dos calcetines, a par de guantes, a idénticas bailarinas de porcelana sobre la estantería o, referido a animales, a esos perritos que se encuentran buenamente en la desgracia del abandono y copulan sin más afecto que el del instinto para luego volver a arrastrar su soledad de amargura por los caminos.

Se ha puesto de moda esa forma de calificar a una persona que vive junto a otra y ya se aplica sin más. Una moda, como digo. Me gusta mucho más el término COMPAÑERO/A. En el término "pareja", solo veo la contabilidad del número par, el dígito del dos sin alma...Pero en la palabra compañero/a, aplicada a dos que viven juntos o están próximos, veo la camaradería del que comparte, del que se ayuda, del que intercambia afecto, cariño y hasta llega al sacrificio por el otro que decide ir por los mismos derroteros de esa persona que quiere y complementa.

Cuando en el mundo gay han luchado por el reconocimiento de que se les llame "matrimonio" con o sin razones, ahora vamos los que ya lo somos y muchos, cambian y se llaman "pareja"...No entiendo la originalidad.

domingo, 14 de junio de 2009

VOLANDO LEJOS


Volando lejos

Ayer lo que fue canción de cuna
hoy es lejanía de mi regazo.
Besos ahogados de pena.
Y lo noto…
¡Tan reciente… tan cercano…!

-“Volveré pronto” -me dijo.
Pero voló con las mariposas
que creía inalcanzables,
Peinó los bucles de las nubes viajeras.
Coloreó a pinceladas
los destellos hirientes de las estrellas.
Y fue llenando su equipaje
de todo lo que había soñado…
¡Tan ligero… tan pesado…!

Ya no volvió.
Aparece, se asoma, se ríe…
Cuenta cosas entre el beso y el adiós
y vuelve a jurar prontos regresos,
creyéndose sus engaños.
Y entre las brumas del tiempo,
en un retorno al pasado,
vuelvo a inventarla pequeña
y la mezo entre mis brazos.
Y me encadeno feliz al recuerdo…
¡Tan real...tan lejano…!




domingo, 31 de mayo de 2009

LA GITANILLA



Susi es una gitanilla que tiene diez años pero que no aparenta más de ocho por lo menuda que es. Lleva una falda -¡pobre modelo de feria!- que casi le llega a los tobillos y siempre me dice que así parece “más grande”.

Susi se ha acostumbrado en este tiempo de bonanza por Valencia, y cuando no hay cole, a ponerse al lado del autobús turístico al pie del Miguelete y mientras su abuela ofrece romero a cambio de la voluntad en monedas, ella se marca unos meneos con la falda y los brazos, que atraen la curiosidad de los visitantes a la tierra extranjeros o no. Gracia no le falta y así va complementando muy bien “el negocio familiar”.

Cuando la he visto hoy, sus ojillos de arbequina, estaban puestos en la pastelería de enfrente y allá que se ha ido sin más para saludar a nuestro vecino, el arquitecto joven que tiene su estudio debajo de mi casa. Alguna vez que otra, el chico se da el gustazo de tomar a media mañana como tentempié un merengue colosal que paladea y repaladea como si fuera el último que fuera a comerse…(¡Ay el merengue…! Vicio sublime de lo que seguro está hecho el Cielo. A mi también me encanta.)

El horno viejo de Sta. Catalina hace los mejores merengues de Valencia, sobre todo, uno descomunal con forma de cisne que lleva en su interior un corazón de crema tostada y cabello de ángel. Susi no se ha parado:

- ¡Vaya, don Pedro!...Se le van a caer los dientes con el dulce…

-Venga, Susi…¿Quieres uno?- Ha dicho por respuesta el arquitecto que no puede evitar que la chiquilla le caiga muy bien.- Está de muerte.

-¿Yo…? ¡Cheee!...Pero si le digo que se caen los dientes. No…Si acaso me compras –siempre acaba tuteando y sin parecer que piensa rápido- una napolitana de jamón y queso porque tengo el estómago dando gritos.

-Pues venga. Una napolitana para la bailaora, por favor – ha dicho el chico a la dependienta- que tiene que reponer fuerzas.

-El caso es que…

-Susi, no me líes. Cómete eso y lárgate con tu abuela.

-Pues eso, mi yaya. La pobre tampoco ha comío ná desde que s’ha levantao…”

-¿Y…?

-Pues… que pierde la vida por el merengue, don Pedro.

El arquitecto no puede evitar el sonreírse como todos los que somos testigos privilegiados del diálogo.

-O sea, que hoy me vas a sablear, ¿no? Venga, un merengue para la yaya, por favor.

-Que sea de los grandes, que tiene muncho hambre la pobre…Los del pato -pide sin recato alguno.

-Pero…¿y los dientes de tu abuela? ¿Y si se le caen?

-¿Mi yaya? ¿La has visto bien, che? Pero, ¡si no tiene ni uno…! A ella no se le caen ya…

Y rápidamente ha añadido mientras recogía el precioso dulce con forma de cisne:

-Y dame dos cucharillas…Por si se empeña en que yo lo pruebe, ¿sabes?

-Claro…

jueves, 21 de mayo de 2009

LA TENTACIÓN



Esta mañana, bien temprano, me he cogido el carrito de compra y me he ido al supermercado porque tenía la nevera en crisis total.

Al pasar por un establecimiento de dermoestética que tiene para mí un atractivo imposible de definir, me he detenido para ver esas pócimas milagrosas de última generación que aseguran que nos van a dejar la cara tan tersa como cuando éramos unos bebés. No puedo evitarlo porque, aunque soy fiel a mis cremas de siempre que me mantienen y que están al alcance de cualquier bolsillo medio y sensato, esas cajitas coloreadas con la suavidad del satén, con sus mejunjes tentadores asomando en la propaganda como si fueran el bálsamo de Fierabrás...¡Ay :Me enganchan. Además, había en el escaparate un cartel que decía: "Hoy, jueves, la dermatóloga y esteticién Doña Fulanita de Tal...(es muy conocida, puedo asegurarlo) le atenderá gratuita y personalmente"

No he podido resistir. Me he dado cuenta de que soy más débil y vulnerable de lo que me creía y mi carro, la compra y yo hemos pasado al interior. Confieso que me he sentido una maruja total. Casi sin pintar, solo me faltaban unos rulos en el pelo y un delantal, pero...¿qué podía perder ante la tentación y el ahorro de la consulta?

La dermatóloga esteticista era una señora como de mi edad, -algo más jóven puede- y de no llevar una capa de maquillaje muy bien puesta y camuflada, se le hubieran visto las mismas arrugas impertinentes que yo tengo.

Se ha puesto detrás de una descomunal lupa de un montón de aumentos y me la ha colocado sobre la cara. Claro, así, me debía ver cada poro como un cráter volcánico que daría miedo y de pronto, ha puesto cara de susto y ha exclamado: -¡Por Dios...! ¡No toma usted nada de NANOSOMAS...!

-Oiga yo...- le he dicho con mucho sentimiento de culpabilidad- Si tengo algo malo en la piel, pues, por favor, dígamelo porque yo soy valiente y si tengo que preparar a mi familia con alguna mala noticia...

-No se lo tome usted a broma, criatura...(lo del "criatura", ha hecho que me animara). Tiene usted una piel muy buena para ser tratada debidamente y así retrasar las marcas que el tiempo, inevitablemente, dejará en su rostro, pero ha de ponerse manos a la obra. Estamos a tiempo.
-¿Con las nanosomas? Oiga - me he atrevido- yo tomo isoflavonas que me vienen con la leche que tomo y el calcio y...
-Nada, nada...
-Pero, de verdad, que me encuentro bien con las isoflavonas -he recalcado oliéndome el plan de la señora.
Se ha metido hasta la trastienda y ha venido con dos cajitas y un envase algo más grande que contenía un tónico.

Viéndola explicándo la bondad de aquellas cremas, me he entretenido mirándola y a punto he estado de pedirle el maquillaje que llevaba puesto que ese sí que tenía buena acción de camuflaje. No lo he hecho y menos mal porque para acabar pronto, he salido de allí con sesenta euros menos en mi cartera -precio de crisis también, decía- y con un tremendo remordimiento atenuado porque no he comprado el dichoso maquillaje. Claro que, ¿y si las nanosomas se ausentan para siempre de mi piel y me quedo como la bruja de Blanca Nieves?

A mi marido le he dicho lo cara que está la vida y cómo ha subido todo y hasta fin de mes, voy a ver si estrujo el congelador y lo apuro bien apurado antes de volver al súper. Tengo que amortizar los sesenta euros y como me vea una arruga nueva...¡se va a enterar la esteticien esa!





sábado, 9 de mayo de 2009

Meditación




El otro día me decidí a meditar según nos enseñaba Hada Saltarina desde su blog Espiritualidad, Tarot y Meditación y confieso que me sentí relajada, tranquila, aunque no creo que lo hiciera del todo bien. Se trataba del recogimiento de las luces, del que ya había oido algo, según el CHACRA o CHAKRA, muy interesante y que es una experiencia por lo menos, curiosa de la que se puede sacar efectos beneficiosos.
Luego, lo comenté en mi grupo de Pilates y dos compañeras, me rogaron que hiciésemos alguna sesión conjunta y me pareció algo simpático el hacerlo dado el interés que mostraron.

Si no salió como me hubiera gustado, según una de mis acompañantes, porque había mucha luz...No lo sé y como todo se difunde, ayer ya me vinieron a decir "seis adeptas" que querían saber de la experiencia y que no había derecho a que organizásemos "esas cosas" a espaldas de las demás...(¡!)

Les conté que no había sido nada organizado, que surgió...y me disculpé. Así que nueva sesión de meditación. Siete mujeres en total, cada una aportando sus "saberes"...La entendida, traía unas velitas que encendió y dejó casi a oscuras la salita de nustra gimnasia. Esas velas, se reflejaban en el gran espejo de la pared donde practican un grupo de baile cuando les toca y aquella estancia tenía un aspecto fantasmagórico. Dispuso otra, que nos colocásemos en círculo y yo obedecía..¡cualquiera decía nada! Y además, no sé si eso es muy ortodoxo, se puso una música de fondo de la extraordinaria Enya, suave, y que dejó el ambiente muy "propicio". Seguí sin decir nada. No entiendo, pero si alguien nos hubiera visto, aquello más bien parecía que íbamos a tener una sesión de espiritismo.

Ya en esa disposición, una de mis acompañantes, explicó de qué iba y la verdad sea dicha, lo hacía muy bien, pero al ratito alguien hizo: "Ammm..." que decía que se hacía en Yoga. Protesta de la "directora":
-¡Haz el favor de no interrumpir...!
Contestación de la "yoguista":
-Oye, que tu no eres quién para mandarme callar...Luego supe que eran hermanas.
Silencio. Concentración. Dos minutos más tarde:
-Me estoy haciendo pis. Lo siento, pero o encendemos la luz o me dais una velita porque puedo darme una leche y matarme si me caigo...

En general, las demás estaban muy centradas en lo que hacían. Un consuelo, porque después dijeron lo bien que se sentían y de cómo su aislamiento fue un bálsamo de paz. Pero el colofón, creo que me va a quitar las ganas de meditar en comandita porque cuando ya se lograba un ambiente más o menos de relajación, al final...¡¡Potoplof!!...Una de las meditadoras, se dió un castañazo contra el espejo que si lo rompe, hubiera ocurrido una desgracia de las grandes...¡Se había dormido! Y además, su vecina de corro, nos contó por bajines ¡¡que hasta había roncado!!

¡Qué susto, madre mía! ¿Es normal esto? A ver Hadita, manifiéstate y explica...

lunes, 27 de abril de 2009

¡HOLA AMIG@S!


No hay mayor alegría
que la de volver a donde se desea...

No existe mayor satisfacción
que la del reencuentro anhelado...

Abril se me va cayendo en el calendario y me ha dejado mis fechas preferidas, el regalo de efemérides entrañables.

Celebré el cumpleaños de mi hijo, que se me va escapando en pos de sus nuevos intereses con la misma suavidad que se eleva la espuma. Es natural. Su solicitud es la misma, pero obligado a espaciarla. Su profesión es de mucha dedicación y ahora, encima, anda ampliando con más estudios y planificando horizontes de emancipación...

Celebré el santo de mi segundo nieto Marcos, que ya pronuncia nuestros nombres bien y que juega a ser mayor queriendo correr sin darme la mano. Ya sube solo al tobogán "grande" y ayuda, con sus tres años de edad, a que su hermanito Yago, de uno, no pierda el equilibrio en su empeño por andar. Luego,la hermanita mayor, Laura, de cinco años que se pone nerviosa cuando nos recibe, deseando demostrarnos que lee más rápida que la última vez que la vimos y que ya ha memorizado un nuevo poema de los que yo les dedico.

Y...mi cumpleaños ayer día 26. ¡Qué velocidad llevan los días! Estoy muy bien y espero que esto dure y que Dios nos siga manteniendo. Sé que me lo deseais... Yo os envío todo mi agradecimiento.

También presenté, por fín, mi novela "La casa del Canónigo" ¡Lleno el salón de actos...! Caras muy conocidas de paisanos a los que hacía mil años que no veía y otras muchas que me quisieron conocer. Algunos escritores amigos, familia, ex-alumnos y alegría de saber, que muchos de los que ya la han leído, se han pasado ratos divertidos... Satisfacción gordísima, amigos.

¡Muchos besos a todos!


viernes, 23 de enero de 2009

ADIOS

Mis queridos amigos:


De nuevo me tomo una vacación que no sé de cuanto tiempo será. A veces el trabajo se amontona y siempre pienso lo mismo: No sé cómo se aburre la gente.

Seguiré, de vez en cuando, leyendo vuestras entradas porque eso me encanta, tened la seguridad, pero no sé si podré comentaros y, allá por abril, volveremos a "vernos", si Dios quiere. Mientras, os deseo lo mejor con unos pensamientos sentidos y que como poema, de los que surgen, a mi me vale aunque la métrica, es lo de menos.

No me gusta el miedo que origina la soledad.
No quiero la frialdad de unas manos vacías.
No deseo la caricia del roce sin afecto,
el oido que no escucha la pena ni el lamento,
el paso sobre la angustia y el dolor ajeno...

No me gusta ver miradas cubiertas de inviernos.
No quiero la huella que mancilla la inocencia.
No deseo promesas abandonadas al viento,
la ley disoluta que justifican los necios y,
la muerte acallada de los más indefensos.

Un fuerte abrazo.

casarex@hotmail.com

martes, 13 de enero de 2009

EJEMPLO ANIMAL



A veces los animales nos sorprenden. He visto un vídeo en el que un perrito, quería sacar a otro de una autopista donde los automóviles no dejaban de pasar a gran velocidad. El animal arrastraba con sus patas a su compañero de caminos, hasta lograr dejarlo en la cuneta fuera del alcance de los vehículos. Desgraciadamente, él ignoraba que su amigo, ya estaba muerto...




Nos sorprenden a muchos estas cosas, sobre todo, cuando vemos a nuestro alrededor lo impasibles que podemos quedarnos ante el sufrimiento ajeno. Ahora animal, y casi siempre, humano.




Las escenas de niños heridos y sin amparo, de ancianos arrastrándose, de padres llorando...¿Cómo hacer para que esto ya no dure más ni se repita? A los que empezaron contiendas, a los que respondieron, a los que sabían, pero no hicieron nada para evitar males mayores...¿Cómo se les enseña a mantener una PAZ duradera?

Ni siquiera se llega a tener la grandeza de ese pequeño perro tratando de salvar una vida.




domingo, 11 de enero de 2009

GRIPE


Tenemos la costumbre de llamar gripe a cualquier catarro que nos llega con alguna décima de fiebre y con un taponamiento de narices que nos hace hablar como si lleváramos en la boca una sordina, pero no. La gripe es otra cosa. Hacía más de cincuenta años que pasé una y recuerdo que me sentí morir. Era una niña de nueve o diez años, mi padre acababa de fallecer y nadie me hacía caso, salvo el rato en que recuerdo cómo me aliviaba el regazo de mi madre. Poco rato, la verdad. Aquello, creo que me inmunizó y no había vuelto a sufrir ninguna hasta ahora, que en la madrugada del día siete,se apoderó de mi y casi no lo cuento. Me levanté para vomitar y ya noté cómo me dolía todo el cuerpo. ¡Hasta los lóbulos de las orejas, sin exagerar, me dolían! Creía que iba a tener paperas, pero no, era la gripe.
Mi médico de vacaciones pero un sobrino mío que también lo es, me dijo seriamente, que como siguiera vomitando, tendría que hospitalizarme y ponerme un gotero de alimento e hidratación...¡Qué cosas! Un día comiendo turrón y otro, con una fiebre hasta las nubes.
Vino a verme mi prima Asunción que andaba saliente de vacaciones y casi no pude hablarle, pero me alivió notar su mano fresquita sobre mi frente. Luego, no perdió oportunidad:
-¡Qué bien sabes, en la camita, con el frío que hace...!
Hasta ahí bien, pero luego añadió:
-A ver si te pintas, hijica, porque....¡estás más fea tan pajiza!
Solo tuve fuerzas para decirle:
-He perdido tres o cuatro kilos, prima...
Y es que los mantecados y el cocido de pelotas, se le han notado un poco en las caderas. Fui un poco mala en mi dolor.

Hasta creo que estuve delirando anteayer noche, según mi marido. Era tanta la fiebre que solo tenía en la cabeza los golpes de las bielas de los antíguos trenes y, además, casi ininteligible, estuve cantando La Marsellesa. No sé explicarlo, pero ese precioso himno, bien silbado o así, mascullado, aflora a mis labios cuando me cabreo, (de tarde en tarde) o cuando la calentura hace presa en mí...Un caso atávico, seguro. De haber tenido otra vida, me decapitarían en la guillotina porque no tiene otra explicación.

Estoy mejor, pero aún no salgo. Muchas gracias. Y que mis seguidores de Saint Pierre de Bigorre no se me molesten por lo de La Marsellesa, que me gusta mucho...¿Qué le voy a hacer?

Perlas del Segura